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COLEGIO NUESTRA SEÑORA DE LA SALETTE

FILOSOFÍA INSTITUCIONAL

EL COLEGIO NUESTRA SEÑORA DE LA SALETTE, se ha destacado por su formación integral, formando juventudes en valores, con proyectos de vida claros; sabiendo vivir con tolerancia, libertad y respeto por sí mismo y los demás, donde reina la armonía y la calidad humana, por este motivo su labor está encaminada a orientar, animar y promover al estudiante, concibiéndolo como un ser trascendental, capaz de asumir y cambiar la realidad, de acuerdo con los avances académicos, científicos y tecnológicos que respondan a  las exigencias del mundo actual.

Las líneas maestras que direccionan nuestra filosofía institucional son:

EDUCAR

Etimológicamente quiere decir “tirar fuera desde dentro”.

FORMAR

Además de “tirar fuera”, importa proponer un modelo ideal para dar vida a una nueva identidad tanto cognitiva, curricular como espiritual y temperamental.

SER PACIENTE

Tras trabajar su parte cognitiva como la tierra, es preciso prestar atención a la semilla, como el conocimiento adquirido, la cual necesita su tiempo hasta que de ella comienza a surgir la planta.

ACOMPAÑAR

Se trata, no tanto, de la forma de ayuda a través de la cual el estudiante es orientado en su crecimiento, sino medir cuanto ayuda la proximidad inteligente y significativa del guía que le lleva a ayudarle a abrirse.

ESTAR ATENTO

Significa estar junto al otro con la mirada firme de convivir, aprender, relacionar, experimentar, mejorar, madurar, esa mirada interiorizada en el estudiante.

EL COLEGIO NUESTRA SEÑORA DE LA SALETTE, se ha destacado por su formación integral, formando juventudes en valores, con proyectos de vida claros; sabiendo vivir con tolerancia, libertad y respeto por sí mismo y los demás, donde reina la armonía y la calidad humana, por este motivo su labor está encaminada a orientar, animar y promover al estudiante, concibiéndolo como un ser trascendental, capaz de asumir y cambiar la realidad, de acuerdo con los avances académicos, científicos y tecnológicos que respondan a  las exigencias del mundo actual.

Las líneas maestras que direccionan nuestra filosofía institucional son:

EDUCAR

Etimológicamente quiere decir “tirar fuera desde dentro”.

FORMAR

Además de “tirar fuera”, importa proponer un modelo ideal para dar vida a una nueva identidad tanto cognitiva, curricular como espiritual y temperamental.

SER PACIENTE

Tras trabajar su parte cognitiva como la tierra, es preciso prestar atención a la semilla, como el conocimiento adquirido, la cual necesita su tiempo hasta que de ella comienza a surgir la planta.

ACOMPAÑAR

Se trata, no tanto, de la forma de ayuda a través de la cual el estudiante es orientado en su crecimiento, sino medir cuanto ayuda la proximidad inteligente y significativa del guía que le lleva a ayudarle a abrirse.

ESTAR ATENTO

Significa estar junto al otro con la mirada firme de convivir, aprender, relacionar, experimentar, mejorar, madurar, esa mirada interiorizada en el estudiante.

Este itinerario pedagógico trata de explicitar una serie de etapas que quieren jalonar el proceso de todos y cada uno de los estudiantes de nuestro colegio, toda vez que quiere abrirse a la vida y al conocimiento. Por eso, su interés no únicamente se centra en el crecimiento antropológico de la persona, sino en el espiritual, teniendo en todo momento el concepto de “integralidad del estudiante” como un individuo, físico, moral y espiritual como telón de fondo. Las etapas irían estructuradas de la siguiente manera:

Educar: Etimológicamente quiere decir “tirar fuera desde dentro”. Dándole un sentido y profundo existencial al ser, podemos decir que educar consiste en ayudar a crecer en humanidad al otro, para lo cual se necesita ir suscitando y equipando al estudiante con un horizonte de sentido que él o ella misma ha de ir elaborando. Algunos criterios que se han de tener en cuenta para la educación del estudiante de nuestra institución son:

  • Detenerse consigo mismo(a) para decirse la verdad de sí.
  • Iniciar el conocimiento de sí para confrontarse.
  • Discernir los propios conflictos.
  • Aceptarse a sí mismo(a).

Formar: Además de “tirar fuera”, importa proponer un modelo ideal para dar vida a una nueva identidad tanto cognitiva, curricular como espiritual y temperamental. Se trata de dar forma, de configurar, forjar, imitar, consentir, seguir, teniendo un modelo “humanamente digno” y preparado integralmente que nos permita caminar hacia un proceso integrativo del desarrollo personal tal. No basta conocerse a sí mismo, sino que es necesario consolidar pasos y procesos para la mejora, el crecimiento y la madurez, tanto intelectual como moral, cognitiva y espiritual. Así como consolidar un horizonte claro, capaz de provocar la existencia de un joven y una joven con criterio formativo en su familia, en sus hijos, sus hijas, su profesión y su ejemplo, criterios como:

  • Explicitar objetivamente el objetivo.
  • Vivir con una lucha interior de superación y mejora a la propia formación.
  • Estar consciente de su condición humana, moral y espiritual.

Acompañar: Se trata, no tanto, de la forma de ayuda a través de la cual el estudiante es orientado en su crecimiento, sino medir cuanto ayuda la proximidad inteligente y significativa del guía que le lleva a ayudarle a abrirse. Así, el camino formativo no se convierte en rutina, sino que cada acontecimiento del día a día educativo, es un evento en el que ese joven o esa jovencita crecen en su verdadera identidad propia y trascendente, brindándole así criterios para el crecimiento formativo a través de:

  • Estar junto al otro, aceptarle, comprenderle, ayudarle, convivir.
  • La preparación y competencia de hombre y de mujer como educadores, padres, y profesionales que en su ser ejemplarizan una educación transformadora e integral.
  • Por último, la celebración de la vida, con una relación abierta a la novedad y a lo inédito, porque es celebración de la experiencia maravillosa del día a día en el Colegio.

Ser paciente: Tras trabajar su parte cognitiva como la tierra, es preciso prestar atención a la semilla, como el conocimiento adquirido, la cual necesita su tiempo hasta que de ella comienza a surgir la planta. En todo este proceso el joven o la jovencita comprenden que no están a la buena de Dios, como entes distantes o alejados, sino que se sigue regando la semilla del conocimiento, haciendo propia la ley de la gradualidad que lo produce y lo desarrolla creciendo cada día más en todos sus aspectos como ser integral.

Estar atento: Significa estar junto al otro con la mirada firme de convivir, aprender, relacionar, experimentar, mejorar, madurar, esa mirada interiorizada en el estudiante ha de ser capaz de crear una confrontación auténtica, la cual toca sus tres momentos más importantes: mirada al conocimiento, mirada a la crisis y la duda, mirada atenta a la superación con el consiguiente desarrollo o asimilación de la respuesta. Sólo a través de esa mirada impregnada de necesidad del conocimiento y de intención de aprender para madurar y mejorar es posible la educación integral.